... Agazapada entre unos juncos, ahogándose en su propia respiración, la luna llena la delató.
De nada sirvió su esfuerzo y su carrera por esconderse, de nada sirvió silenciar el trote de su corazón. Esa noche había luna llena, se unió sin quererlo al violador.
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... La rana estaba plácidamente mirando a la luna con toda su familia. De pronto, una red la sacó de la contemplación. Una familia de humanos hambrientos cenarían ancas de rana.
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... La carpa se quedó enganchada entre los juncos de la orilla del río. Seis carpas más fueron a socorrerla. El pescador exultante llevo cena para su prole. Y no porque se la hubiera ganado, si no, porque tuvo suerte mientras las carpas fueron desgraciadas.
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Un caracol sudaba y sudaba mientras intentaba subir una colina para ponerse a resguardo del sol, pero el sol no tuvo clemencia y con sus rayos lo devoró.
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... El sol se enamoró de una delicada Princesa un día que escondido entre nubes pudo ver su belleza. De largas trenzas doradas como espigas. De ojos azules pero piel muy clara. La princesa sólo se asomaba al balcón cuando estaba nublado. El sol llenaba su piel de ampollas que eran dolorosas.
Era un amor imposible. El sol de tanto sufrimiento se derritió. La princesa pudo darse grandes paseo a caballo sin temer que su cuerpo fuera fustigado por esos rayos tan malvados.
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... A media noche el ladrido de un perro atronó como trueno despavorido.
Al día siguiente sonaban las campanas a misa de difunto. Su dueño que dormía, en un sueño con cuchillo en mano se desangró pensando que lo hacía con un cerdo, pues al día siguiente iban a reunirse toda la familia para hacer la matanza de los gorrinos que habían cebado durante todo el año.
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Uffffffffffffffffff, ya no quiero imaginar más micro-cuentos, hoy son todos negativos. ¡¡Dios mío!! ¿Será la luna la que me juegue estas malas pasadas?
Buen fin de semana