martes, 24 de noviembre de 2015

Lloraba...

La vida se disfraza de diferentes tonos.
Aveces el viento nos da bofetadas.
Los grillos ya  no gritan porque se quedaron afónicos .
La lluvia se aloja en nuestros ojos y de vez en cuando abre las compuertas.
Las mariposas con sus alas se alejaron a toda prisa.
Las hojas deciden que en esta época se marchitan 
e imitan a las mariposas en sus vuelos cayendo al suelo.
El sol nos roba su calidez  y su luz.
El frío viene hacernos una larga visita.
Se mete en nuestras casas y se invita él solo a café o té.
Se mete en nuestro cuerpo y nos obliga a ponernos más ropa,
vamos igual que cebollas, capa sobre capa y otra capa más.
Un pincel con colores ocres y  pardos pintó todas las orillas de la carretera. 
Da la sensación de que los árboles se desangran sin remedio alguno,
pues no hay transfusión que les pueda dar la vida hasta la primavera. 



Esta lágrima quedó atrapada en la rama porque no tenía ni fuerzas para poder llorar.
La rama la consuela y la mece en su cuna fría.
Cuando se haya hecho más fuerte, llegará a unos ojos avarientos por llorar las penas y rodará por alguna mejilla desconsolada por el dolor de la perdida.


lunes, 16 de noviembre de 2015

El otoño y sus notas musicales




Mi más sentido pésame a todas personas que han perdido un ser querido en este atentado de la sin razón. Mi apoyo a todo el país Frances. Mis mejores deseos para que se recuperen pronto las personas heridas.
Ningún Dios quiere destruir lo que él ha creado. Esto  no es obra de ninguna religión, sino del fanatismo y las ganas de cortar las alas de la libertad de los países que afortunadamente disfrutamos de ella. Es obra de radicales que quieren el poder y someter a los demás. Ningún Dios es radical ni mata.


Este fin de semana hemos ido a buscar niscalos.

Estas preciosas yeguas y el potrillo han estado acompañándonos toda la tarde del sábado. Son de mi cuñado.

Su color es atrayente.
Son setas  venenosas.

Hay que tener mucho cuidado con las setas porque las hay que son muy venenosas.
Hay que saber diferenciar de los níscalos. Hay unas setas que son iguales por fuera que los niscalos, muy faciles de confundir por niscalos. Las diferencia es que por debajo sus radios están más separados. Pero son iguales a los níscalos. Hay mirar por dentro ya que son muy venenosos y una confusión puede hacer que perdamos la vida y la de nuestra familia.

Aquí pueden ver que los estan más tupidas las rayitas o radios de los niscalos.



Tarde de quema de hojas y erizos de los castaños

El otoño luce su mejor vestido de fiesta.
Los colores realzan su belleza y alegran los corazones.



Entre el humo, las castañas explotando y el calor del día, se formó un barrillo en el cuerpo al sudar. El olor del humo se metió por todos los recovecos del cuerpo. Los pelos olían a humo una barbaridad.



Entre la inmensidad de los árboles.

El suelo estaba cubierto de sonajeros
sus notas musicales no eran acordes estudiados y ensayados,
sino, era música  para anunciar la  muerte y vida al mismo tiempo.

Del otoño aprendí que por mucho que sus hojas vuelen como mariposas 
y sus ramas queden desnudas
el árbol sigue en pie y sus raíces se agarran más a la tierra para seguir viviendo y dando fortaleza al tronco y ramas.


miércoles, 11 de noviembre de 2015

Bello Ocaso en otoño

En cada rayo hay una lágrima por las personas enfermas. 
Otra lágrima por los que huyen de las guerras.
Otra lágrima por los que no pueden ver el sol.
Y otra lágrima por los que perdieron toda esperanza de un mundo mejor. 

 Cruzaba el sol entre las nubes con sus alas de temprano ocaso atormentado,
dispuesto a aguardar un amanecer que posase en sus rayos gotas de rocío.
 Temeroso de quedarse a oscuras y muerto de frío, 
el hombre intentó atrapar el sol.
Pero el sol a pesar del desgaste del día, aun abrasaba. El hombre tuvo que dejarlo marchar.
Temblaba en sus manos porque no sabía si podría dar calor al día siguiente, 
tampoco si podría ver un nuevo día.

El sol se fue melancólico a pesar de que le gustaba las caricias que el hombre le hacía.

El sol bebiendo sorbos de vida del pantano que tiene debajo.


 ... Él pintó un rubí con el sol para regalárselo a su amada


Fotos tomadas el sábado al atardecer.


miércoles, 4 de noviembre de 2015

Duele la lejania...

Estamos en la tercera semana separados.
Cada vez duele más la lejania.
Cada día escucho tu voz con más melancolía.
Cada vez echo más de menos tus besos,
el sabor de tus mejillas.
Tu olor se va perdiendo entre las sábanas,
tambien  en los escondrijos de mi alma.
Duele tu ausencia y el frío me invade.
Con ansias espero cada viernes,
que lleguen las cinco de la tarde,
para que nuestras lenguas se abracen.
Para sentir tu cuerpo pegado al mío.
Para entrelazar nuestras manos
y hacernos cariños.
Duele tu ausencia,
aunque le da más fuerza a mi amor por ti.
A veces unas semanas de separación,
reafirman el amor.
Tengo el corazón henchido de soledad.
y a hurtadillas en las noches  viajo hasta tu cama,
para saciarme de ti.
A pesar del viaje nocturno, mi corazón solloza,
está vacio sin ti.
El corazón no tiene ojos,
no sabe de olor ni tacto,
pero  sí sabe en el fondo de su alma,
si el amor es verdadero e indisoluble.
Tengo ganas de ti,
y distraigo a mi corazón  con tus recuerdos.


domingo, 1 de noviembre de 2015

Muerta en vida

Distraida, su mirada hacia la nada. Ya podía tener delante un bello paisaje, un inmenso arcoiris, un ramo de flores, que ella, no lo vería. No porque estuviera ciega, si no,  porque la depresión le impedía ver más coloridos que negros y grises.
Sus ojos, tiempo atrás, fueron tenaces del color de la miel, sonreían a cada momento. Eran de una dulzura inusual.
Su pelo pelirrojo como una mazorca llena de granos de maiz.
Nariz perfecta chatilla. Labios carnosos que parecieran dos cerezas bien maduras.
Unas orejas bien pegadas al rostro de donde pendían unos aros de oro labrados a mano.
Delgada, de una delgadez extrema porque comía como un gorrión.
Su cintura, era como la del tamaño de una abispa. Tan angosta que usaba la talla de una niña de catorce años.
Esmeralda era como un cofre cerrado que custodiaba un inmenso tesoro de ternura y dolorosos secretos, en donde no se podía escudriñar, ya que estaba cerrado a cal y canto. Cuya llave se hubiera encargado de enterrar en la arena de alguna playa donde ella, antaño, le gustaba  tanto  tumbarse a tomar el sol con sus amigas, o en solitario.
En una de esas playas un desgraciado día, algo muy fuerte sucedió,  a raíz de ahí  Esmeralda se había sumergido en las profundidades de un mar  donde los Corales perdieron su belleza, la luz  no podía penetrar porque una placa de hormigón invisible no dejaba entrar un atisbo de luz.
La alegría vagaba ausente en su  persona.
 En el manicomio era atendida como una paciente más. Ella nunca se integró como los demás pacientes. Era, como si Esmeralda estuviera muerta en vida.