El Árbol de la Vida.
Al comienzo de nuestra inicial vida, cuando aun somos pequeños
embriones, flotamos en un mundo mágico. Un mundo de esperanza en donde
esperamos nos deje crecer. Un mundo de colores a pesar de que en la
bolsa donde estamos formándonos, es incolora, está cubierto de un agua
viscosa, cálida. Nuestro alimento no es ningún problema, aquí no
tenemos que hacer nada para ganarlo, ya que dentro de esa bolsita lo
tenemos todo. Calor, cariño, alimentos, nanas en las largas noches donde
no podemos conciliar el sueño…
Una vez que hemos crecido y nuestras raíces están bien adheridas a
nuestro ser, y al ser que nos ha dado la vida, decidimos salir al
exterior, no sin algún que otro esfuerzo.
Nacemos haciendo el esfuerzo de nacer, salir al exterior, y de poder
respirar, no sin antes recibir los focos que nos deslumbran y hacen daño
a nuestros ojos. Así somos advertidos de que no será fácil vivir fuera
de la bolsa donde nos hemos desarrollado sin ningún tipo de problema.
Nada más llegar al exterior y ver una luz potente, recibimos un gran
azote que nos hace llorar. Seguido y para que olvidemos ese mal
momento, nos acoge entre sus brazos nuestra madre. Ella tiene una
naturaleza fuerte y ha cargado con nosotros por 9 meses. Nos besa y nos
pone muy cerca de su corazón, la música que durante todo el tiempo era
nuestra compañera.
Según vamos creciendo nos enfermamos, nos curamos con medicamentos.
También se enferma nuestra mente, y vuelve a recuperar su salud.
Los primeros años son deliciosos, según vamos creciendo tenemos que ir
esforzándonos por ser personas gratas, por ganarnos el pan de cada día
trabajando. Hay días que nos favorecen y sale el sol. La esperanza se
asoma por algún que otro rincón, pero a la vez la noche también nos
persigue.
En nuestras vidas hay vaivenes y olas que nos hacen perder el
equilibrio, y al final hay siempre una mano amiga que nos ayuda a
levantarnos.
A pesar de todo esto la vida es bella y nos ofrece una gran gama de colores.
Ayyyyyyyyy, qué tontina eras Isa :-)
Aunque pensándolo bien ¿Por qué iba a ser tontina?
Seguro todo lo que hacemos, todo lo que somos y lo que no somos tiene un motivo.
Bueno pues eso, que estoy vagancia y no tengo ganas de trabajar.
Hoy tal vez esté un poco con la moral baja, hemos ido a visitar a una abuela, como acostumbramos hacer todos los domingos a la vuelta del pueblo, y cada vez vemos que las personas se deterioran más.
Hace dos semana dije en la residencia que esta abuela era de comulgar todos los domingos, pues en su parroquia se encargaban de ir a su casa y llevarla la comunión. Yo no comulgo mucho con la iglesia, pero respeto las decisiones de las personas y ella dijo que quería comulgar y yo se lo dije a las auxiliares que la cuidan, para que lo tuvieran en cuenta y la bajaran los sábados que es el día que en la residencia de mayores dan misa.
Hoy nos ha dicho que el sábado el cura era blanco, pero que tampoco se enteró de la misa. Ella pensaba que el anterior sábado no se había enterado porque el cura era de piel mas oscura, negro. El problema es que no oye casi nada a menos que le gritemos en el oído, no se entera.
Nos ha dicho lo de siempre, que se quiere morir, esto está muy presente en sus pocas frases.
También dice que cada mañana por el tubo de la cocina entra una mujer y se queda en su habitación. Que la pregunta si no tiene llaves para entar por la pueta. que no la responde.
Que llueve mucho y que hay muchas goteras en la residencia. Hoy por fin nos hemos dado cuenta que cuando ve el telediario, como no escucha deben de poner lugares en donde ha habido inundaciones y piensa que es aquí en Madrid.
La hemos dicho que esté tranquila que en su casa no hay goteras. Cada domingo hago una llamada a un amigo y vecino que era quien le gestionaba papeles y problemas del hogar. Pongo el manos libres y hablan.
Hoy nos ha preguntado si seguían pagándola lo de los fiambres (muertos, decesos) La hemos dicho que sí. Y la he preguntado que si prefería que la enterraran en una maceta que hay en la terraza donde la sacamos a que la de el aire. Se ha echado a reír y ha dicho que no cabía en la maceta. La he dicho que haría buen abono porque ya estaba muy madura. Jajajaja, se ha reído más y me ha dicho que que cosas tengo.
Volver a llevarla al salón es un suplicio para mí, la demencia hace estragos en las personas. Es doloroso ver, y escuchar esos cuerpos deformes por la vejez y la enfermedad.
Por eso hoy me he ido a visitar mis obras de arte para ver color y ver que la vida continua después de la muerte ya que somos alimento para la tierra. Yo no creo que haya cielo ni infierno después de la muerte. El cielo y el infierno están aquí en la tierra. Las guerra, el paro, el hambre, los desahucios, las enfermedades, la vejez y el olvido,... la pena y el tener las manos encadenadas para aplacar esa pena y sufrimiento.
Los ricos, los poderosos, los chorizos, los asesinos, violadores que andan sueltos estan en el cielo.
Ufffffffffff, menos mal que no tenía ganas de escribir.
Realmente es que no tengo muchas ganas de escribir y por eso pongo cosas que ya hice en un tiempo no muy lejano.