Las moscas, estos seres tan pestosos que en verano se posan en la punta de la nariz, en una rebanada de pan con mermelada, en las patatas fritas, en una raja de sandía o melón. Pues ahí la tienen peluda y francamente fea.
Lo siento moscas y perdonarme, pero al hacer la foto y verla, y luego pasarla aquí, se me ha revuelto el estomago. Nunca pensé que una mosca pudiera se así. Yo antes sin más no las hacía caso, trataba de que no se pusiera en ningún lugar de mi cuerpo, y menos de mi comida. Pero me he dado cuenta que son realmente feas, y de que en sus patas y pelos pueden llevar montones de microbios.
A veces pienso que soy masca, pues me causan repelus y aun así las miro.
Y eso que aquí está en una preciosa margarita comiendo de ella. Imaginan si encima la hago una foto en un montón de heces recién expulsadas del cuerpo de algún animal racional o no racional. Jajajaja ufffffffff hoy estoy un poco escatológica con este tema.
Es un ser más del planeta, pero al verlo así de cerca, da repugnancia y procuraré alejarme de ellas. No por su feura, si no, por los sitios en donde se posa.
Ayyyyyyyyyyy, se me está revolviendo el estomago.
Con su lenguita y todo ahí tan tranquilamente comiendo
Menudo festin se está dando tan rico a carne de Margarita.
Jajajaja, debio de pensar que era otra mosca jajajaj poruqe ni se inmutaba, y eso que estaba a unos pocos centimetros de ella.
Vamos a pasar un tupido velo por la mosca, y a otra cosas mariposa, porque si no, echaré la primera papilla que comí de bebé.
Una rosa es todo corazón. Se forma pétalo sobre pétalo.
Cuanto más joven más prieta.
Mas cuesta llegar a su corazón para ver que se esconde tras él.
Seguro su esencia es más concentrada porque recoge todo el olor, y color de los pétalos exteriores que lo protegen.
El sábado disfrute mucho. Jesús nos invitó a que cogiéramos cerezas de su cerezo. Están riquísimaaaaaaaaaa. Gracias Jesús por la invitación, bueno gracias a ti y a Julia tu esposa.
Todas estas fotos las tomé de vuestro huerto.
Este pequeño animalillo estaba explorando una rosa.
Seguro que buscaba los pliegues más suaves y olorosos para echarse la siesta.
Pero la pesada de turno no le dejaba en paz, por eso optó por caminar sin que pudiera sacarle una foto relajado.
Es increíble como hay bichitos preciosos. Este bichito verde me causa ternura, delicadeza.
No sé que bichejo puede ser, es como un pequeñísimo saltamontes, pero sin alas. Creo que aquí veía la luna del color rojo :-) Tal vez se estuviera enamorando de mí jajajaja por mi cercanía para tomarle la foto.
Aquí, el bichito veía como una luna verde, tal vez porque tenía la esperanza de que le iba a dejar en paz.
Estos bichitos no han sido metidos en la nevera para que invernaran, los he tomado en plena naturaleza. Eso sí, si me hubiera echado el trípode, hubieran salido perfectos, perfectos. Otra vez será.